La ansiedad aparece como respuesta a las
situaciones estresantes de la vida diaria (como por ejemplo, conflictos
laborales, situaciones de abandono, pérdida de algún ser querido, traumas
sexuales, enfermedades crónicas o largas convalecencias, etc.), en asociación
con otros trastornos médicos (incluyendo otros trastornos psiquiátricos), por
la toma de determinados fármacos, o bien puede aparecer de forma primaria
constituyendo el síntoma cardinal de los trastornos por ansiedad. En las causas
de los trastornos de angustia se entremezclan una serie de factores como:
- Los conflictos ambientales o acontecimientos de la vida como los anteriormente citados. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la relación entre el acontecimiento y la clínica no es lineal, ya que no todos los enfermos que padecen ansiedad refieren algún conflicto amenazante ni toda persona que se enfrenta a una situación de este tipo desarrolla ansiedad.
- Una personalidad determinada, estructurada a su vez en base a una dotación genética y a una serie de experiencias aprendidas.
Los trastornos de ansiedad pueden darse en
cualquier persona, simplemente unos estarán más predispuestos que otros
dependiendo de su personalidad y su vulnerabilidad biológica, así como del
soporte social en el que se desenvuelvan. De este modo, los sujetos con una
organización estable de la personalidad necesitarán estímulos intensos o
persistentes para descompensarse, mientras que las personas inestables pueden
desequilibrarse ante estímulos irrelevantes.
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